Nuestra agricultura evitará que el acceso a alimentos saludables se convierta en un lujo

Mariano Zapata
Presidente de Proexport

Si tuviésemos que señalar el principal reto que afronta el sector hortofrutícola en 2024, sería seguir produciendo alimentos saludables para las familias, a pesar de los efectos en el campo del cambio climático, la normativa y burocracia asfixiante, así como los costes y las tensiones en la cadena de suministro global.

No nos cabe duda de que la población desea mantener una alimentación saludable para sí misma y para sus familias; pero es lógico que le preocupe la constante subida de precios de los alimentos. Razón de sobra para abordar con seriedad qué está oprimiendo a nuestra agricultura y aportar soluciones realistas y rigurosas.  

El 2023 cierra cifras con un descenso en la producción de frutas y hortalizas, marcado por la climatología adversa y en especial por la sequía, que ha agravado el problema de falta de recursos hídricos en las principales zonas productoras de frutas y hortalizas de España. Es fundamental, por tanto, asegurar la disponibilidad de agua con un volumen, calidad y precio asumible, para mantener nuestra producción y exportación hortofrutícola.

La Región de Murcia y el sureste español necesitan muy poca agua para producir hortalizas y frutas en relación al total disponible en España, por lo que debemos insistir en que el Gobierno aborde con sentido de Estado la continuidad del Trasvase Tajo- Segura y contar, adicionalmente, con otros recursos provenientes de aguas subterráneas, la desalación o la reutilización de aguas regeneradas.

Es, asimismo, necesario abordar la hiperregulación que está asfixiando al sector productor y que debe ser revisada, situando como prioridad satisfacer las necesidades alimentarias de nuestra sociedad. Nuestra agricultura evitará que el acceso a alimentos saludables sea un lujo. Es determinante para el futuro realizar una revisión del marco regulatorio actual, tanto nacional como comunitario, que prioriza el control de la gestión de las explotaciones y las tesis medioambientalistas, sin tener en cuenta las características específicas de la producción hortofrutícola y su capacidad para aportar valor y sostenibilidad a la economía y la sociedad.  También en la Región de Murcia, la actual Ley del Mar Menor necesita una actualización urgente de aquellos artículos que carecen del suficiente rigor técnico o que penalizan la actividad agraria sostenible de la zona, sin proteger con ello la laguna salada.

Por otro lado, en este momento, las propuestas de la Comisión Europea de Reglamento sobre uso sostenible de fitosanitarios; sobre Envases y Residuos de Envases; y sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza, suponen un impacto en el sector que puede tener consecuencias muy graves.

A este respecto, parece que se nos empieza a escuchar en Europa y la reciente decisión del Parlamento Europeo de rechazar la propuesta de Reglamento de uso sostenible de fitosanitarios respalda la tesis de los productores europeos, y nos confirma que todavía no se ha realizado un análisis de impacto de esta futura normativa ni sobre la producción hortofrutícola ni sobre la accesibilidad a una dieta saludable.

Compartimos también la decisión de rechazar el punto incluido en la propuesta del Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases, que exigía la obligatoriedad de la venta a granel en la comercialización de formatos por debajo de 1,5 kilos. Hubiera provocado un brutal incremento del desperdicio alimentario en tiendas y habría destruido la diferenciación de nuestras marcas más reconocidas.

Y no podemos más que mostrar nuestra preocupación por el contenido del futuro Plan Nacional de Recuperación de la Naturaleza y su previsible impacto sobre los ecosistemas agrícolas. Será un desastre para el campo español si, además de los aspectos ambientales, no contempla la sostenibilidad social y económica que aporta la agricultura y apoya una producción competitiva que garantice también la seguridad alimentaria.

A pesar de las dificultades que afronta el sector, en Proexport estamos obligados a ser optimistas. Nuestras empresas apuestan por la I+D+i, así, por ejemplo, están generando más eficiencias en el uso de agua ampliando el uso de sondas y sensores de humedad para obtener datos con los que minimizar las dosis de riego y prevenir posibles pérdidas de nitratos por lixiviación a los acuíferos. Se dispone de cubiertas flotantes en los embalses, que impiden la evaporación hasta de un 20% de agua, y hemos implantado en cultivos hidropónicos de invernadero sistemas de recirculación de la solución nutritiva, esto es, agua de riego y fertilizantes. Del mismo modo, avanzan en la profesionalización de la gestión de las explotaciones agrarias, incorporan nuevas medidas de sostenibilidad en sus prácticas agronómicas e invierten de forma constante en innovación aplicada a cultivos, almacenes y logística. Miremos hacia adelante y sintámonos orgullosos de nuestra mejor agricultura.