Los desafíos que tenemos que afrontar como sociedad son de un enorme calado

Pedro Alejandro Marín Jiménez
Delegado de Zona DSM Soluciones Medioambientales

A nadie se le escapa que los hábitos de consumo, de ocio y de demanda de servicios de nuestra sociedad han evolucionado a una velocidad nunca antes conocida en la historia, pero por si esto no fuera bastante ¿adivinan qué? …estos hábitos van a seguir cambiando de igual manera en el futuro inmediato y además en múltiples direcciones difíciles de prever.

Inmersas en esta suerte de torbellino de cambios, las empresas de servicios y auxiliares de la Región de Murcia debemos estar en continua adaptación, desarrollo e innovación para intentar dar soluciones a las necesidades cambiantes de la sociedad a la que prestamos nuestros servicios. Estamos por lo tanto en permanente evolución como única alternativa para mantenernos como uno de los pilares del tejido empresarial de nuestra tierra.

Nuestro sector abarca una amplísima gama de disciplinas. Debe ser así porque diversas, múltiples y complejas son las necesidades de nuestro entorno. Dentro estas múltiples disciplinas se encuentran los servicios medioambientales, campo en el que en DSM desarrollamos nuestra actividad.

Es probablemente en el medio ambiente donde mayor evolución tenemos que aplicar no solo las empresas de servicios, sino todos los actores de la actividad económica. Los desafíos que tenemos que afrontar como sociedad son de un enorme calado. Frenar los efectos del cambio climático y proteger a toda costa nuestros ecosistemas son dos de los retos obligatorios particularmente vitales en nuestra Región, donde podemos presumir de estar rodeados de un impresionante conjunto de espacios naturales que, tal vez por estar habituados a ellos, no siempre valoramos en su justa medida.

Los mecanismos establecidos por parte de la Comunidad Europea para frenar el deterioro de nuestro planeta son claros. Cambiar el modelo energético y transformar nuestra economía lineal en una economía circular no son solo una cuestión teórica, sino una realidad soportada por un extenso marco normativo ya en vigor y que nos obliga a dejar el modelo de fabricar, consumir y desechar para cambiarlo por un modelo en el que se maximice el uso de los recursos y se minimice la generación de residuos.

La parte que nos queda por resolver es de qué forma unificamos la necesidad de que las empresas sigan siendo el soporte del desarrollo económico de nuestra Región como generadoras de riqueza, de empleo de calidad y, en definitiva, de motor de la sociedad con la no menos importante tarea de crecer de forma sostenible y que mire por el bien de nuestro patrimonio natural. 

Creo que parte de la respuesta a esta unificación pasa por una labor de divulgación. La minimización de la generación de residuos es crucial, pero, para aquellos residuos que inevitablemente se van a generar durante y después del cambio de modelo, debemos contar con empresas que valoricen y en su caso los eliminen con todas las garantías técnicas, legales y medioambientales. Es importante que demos a conocer la importancia de contar con empresas que den respuesta a esta necesidad y que, por lo tanto, sean uno de los vehículos del desarrollo sostenible y respetuoso con nuestro medio ambiente que todos debemos perseguir.