Estamos obligados a traspasar la tierra en mejores condiciones que nos la dieron nuestros antepasados

Miguel Gil Vera
Director-copropietario de Viñas Familia Gil-Bodegas Juan Gil

El sector agroalimentario en la Región cuenta con verdaderos líderes que no solo lo son a nivel regional, sino que muchos de ellos tienen una proyección global con gran ascendencia en este sector tan competitivo a pesar del tamaño de nuestra comunidad autónoma, comparada con otras grandes zonas productoras del mundo. En mi caso, que formo parte de este sector, no puedo hablar en nombre del mismo sino es de otra forma que a título particular, y solo puedo expresar el orgullo que siento de formar parte de este tejido tan importante para nuestra economía. Desde esta perspectiva, no puedo dejar de expresar mi opinión acerca del escenario al que nos enfrentamos en la actualidad y en el que pocas veces, a mi juicio, nos hemos encontrado con tantas incertidumbres, como son la falta de agua, el cambio climático, la situación bélica en Europa y en los países de su entorno, la inflación y en consecuencia la subida del coste del dinero, los populismos y la inestabilidad política global, los cambios de tendencia en los consumos y la revolución tecnológica en la que estamos inmersos, robotización, inteligencia artificial o mecanización de los trabajos. Todos estos factores nos llevarán a escenarios muy diferentes a los que nos encontrábamos hace apenas unos meses.

El sector agroalimentario, como depositario de la tierra que nos da de comer, tiene la enorme responsabilidad de dejarla en perfectas condiciones para seguir trabajándola en el futuro. Dentro del sector bodeguero, en el que me encuentro inmerso, además del esfuerzo de fijar la población rural que mantiene la riqueza de nuestra región fuera de las grandes ciudades, no somos ajenos a estas mismas amenazas, los cambios de hábito del consumo, la sequía atroz de los dos últimos años que nos han llevado a gestiones mucho más complejas y responsables del cultivo, y las mismas incertidumbres económicas que el resto de sectores, nos obliga a tomar acción urgente con el medio ambiente, trabajar con responsabilidad la tierra que tenemos que traspasar, si cabe, en mejores condiciones que la tomamos de nuestros antepasados, apostando por las energías renovables y limpias, trabajándola y manteniéndola libre de contaminantes. 

De la misma forma, tenemos la obligación de adaptarnos a las nuevas tecnologías que permitan seguir cultivándolas con eficiencia y respeto, de manera sostenible y viable económicamente, adoptando todos aquellos avances que nos permitan ser competitivos y que sigan haciendo de nuestra zona, con unas condiciones ideales para los cultivos, una punta de lanza en el sector agroalimentario en que podamos seguir generando valor añadido y calidad de vida para nuestra gente. 

La puesta en práctica de esta forma de trabajar, eficiente y respetuosa, viable y ecológica, cuidando de nuestros trabajadores y agricultores, nos llevará sin duda a mantener el éxito que ha tenido nuestro sector históricamente y en el presente, y que sigo augurándole un futuro prometedor manteniéndose como una de las más importantes actividades económicas de la Región de Murcia. Estoy absolutamente convencido de que los consumidores nos acompañarán en este complicado escenario si somos capaces de mantener la actividad de forma sostenible tanto social como medioambientalmente hablando.