Juan Cánovas Ballesta
Director general de Cefusa
La ganadería en la Región de Murcia tiene una gran relevancia económica, siendo referente por su competitividad y calidad a nivel nacional e internacional gracias a sus continuos esfuerzos en inversiones en I+D+i, contribuyendo de una forma importante al PIB regional.
Durante los últimos años, los ganaderos han sido capaces de evolucionar y adaptarse a las nuevas exigencias sanitarias, ambientales y sociales y pasar de ser pequeñas explotaciones agrícolas-ganaderas a poner en marcha granjas modernas que operan bajo un modelo basado en el bienestar animal, la seguridad alimentaria, el desarrollo de economía circular, la dinamización del entorno rural y la trazabilidad de todo el proceso productivo.
En estos momentos, nos enfrentamos al gran reto del sector ganadero: el relevo generacional. La enorme cantidad de normativas europeas, nacionales y regionales que se han legislado en los últimos años han hecho muy ardua la adaptación de las granjas a las exigencias actuales del sector, donde invertir en nuevas granjas modernas y sostenibles es cada día más complejo.
El sector necesita abrir un diálogo de confianza, cercano y constructivo con la sociedad para dar a conocer las buenas prácticas de la ganadería actual y se muestre con transparencia el proceso de producción de nuestros alimentos. Es fundamental para el futuro del sector la creación y reemplazo de las explotaciones ganaderas más antiguas por granjas modernas, donde las nuevas tecnologías vengan a facilitar el trabajo diario del ganadero, ayudando a automatizar procesos.
Así, nos encontramos hoy con un sector muy profesionalizado, en el que se han generado miles de puestos de trabajo de calidad sobre todo en zonas rurales en las que la despoblación se está convirtiendo en un problema de primera magnitud.
El sector ganadero español, en general, y el murciano, en particular, han implementado enormes medidas en materia de sostenibilidad y protección del medio ambiente. Este sector cumple estrictamente con la legislación europea y trabaja incesantemente para minimizar cualquier impacto que pudiera derivar de su actividad. Según datos de Interporc, en los últimos diez años ha reducido las emisiones de GEI en cerca de un 40%, las de amoniaco en un 47%, y en un 30% el consumo de agua.
El gran reto del relevo generacional de nuestros ganaderos debe apoyarse desde la sociedad, dignificando esta profesión tan importante. Es clave la evolución, modernización y automatización de granjas para la transformación hacia un entorno cada día más sostenible y adaptado a las nuevas generaciones.
Nuestro sector tiene muy claro que la producción de carne implica, además de la elaboración de proteínas saludables, que todo el sistema productivo sea cuidadoso con el entorno.
Europa tiene que seguir siendo autosuficiente y competitiva en temas de alimentación y no depender de alimentos procedentes de terceros países donde existen normativas mucho menos exigentes que redundarán directamente en nuestra alimentación y, en consecuencia, en nuestra salud.